Visitando la Libre de Música
/Por: Javier J. Hernández Acosta (@javihernande)
Hace unas semanas visité la Escuela Libre de Música para conversar con estudiantes de escuela superior sobre el tema de la gestión y el emprendimiento cultural. Tuve oportunidad de hablar de mi experiencia como música autodidacta y de la decisión de estudiar administración de empresas en vez de música. Y mientras muchos padres todavía recomendarían algo así a sus hijos, en mi caso todavía dudo si tomé la decisión correcta. En mi caso la decisión no fue por recomendación de mis padres sino por el interés de contribuir desde la parte empresarial a que los músicos tuviesen condiciones mejores a las que habían tenido muchos músicos en la década del 70, sobre todo aquellas estrellas de la Salsa que tanto admiraba.
Cada día estoy mas convencido de que la gente debería estudiar lo que le gusta y no lo que piensen puede garantizarle un empleo. Después de todo, hasta las empresas lo que buscan son personas con competencias como creatividad, orientación al logro, inteligencia social, ética y pensamiento crítico. Y esto no depende de profesiones si no de formación integral.
De primera instancia pensé que iba a hablar un lenguaje nuevo y que muy pocos iban a entender. Sin embargo, la experiencia fue distinta. Creo que cada vez mas los estudiantes de artes están mas conscientes de la importancia de prepararse para su carrera profesional. Cada vez están mas conscientes que además de la técnica hay que ser creativos en cómo van a llevar su trabajo al público. Mis consejos fueron en la línea de la responsabilidad, de ser tolerantes al riesgo, de tener buenas destrezas interpersonales y de desarrollar una mentalidad emprendedora.
En los últimos meses he estado pensando mucho en cómodebe ser la formación universitaria. Necesitamos que los creativos sean buenos en lo que saben hacer además del componente empresarial. Si no son buenos músicos, artistas plásticos, actores o escritores, definitivamente no vamos a tener nada que promover. Pero al mismo tiempo debemos tener cuidado con la sobre especialización. Hace unos meses una estudiante de escuela superior me dijo que quería estudiar tres cosas a la vez: diseño gráfico, publicidad y emprendimiento. Durante mi visita a la Libre de Música otro estudiante me comentó que le interesaba estudiar música, producción de eventos y emprendimiento.
Creo que por ahí hay una fórmula. Estos estudiantes están buscando enfocarse en su trabajo creativo, combinándolo con una industria que les interesa y complementándolo con la mentalidad emprendedora. Los bachilleratos deben dar más espacio a la interdisciplinariedad, porque por ahí van los intereses y representa un mecanismo óptima para desarrollar las competencias que queremos. Mi conclusión es que las escuelas especializadas son una mina de talento en todos los sentidos. Deberíamos ir más donde ellos para que nos ayuden a desarrollar las herramientas que necesitan en el futuro cercano.